En el Acta de Independencia firmada el 5 de julio de 1811, Venezuela se libera de la dominación del Imperio español. Los patriotas firmantes ni se imaginarían que después de 213 años, otro imperio aceche al pueblo venezolano, quizás el más destructivo en la faz de la tierra; el yanqui y sus seguidores.
Por supuesto Estados Unidos nunca vio con buenos ojos las independencias que se declaraban al sur del continente. Sus intereses colonialistas, siempre presentes, se veían en peligro para lo que en esa época se presentaba como un imperio maligno para los pueblos libres.
El Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826, mostró la presión estadounidense, siempre con sus vendepatrias políticos y económicos, que aún existen. Todo el siglo XX, en Venezuela, efectuaron su política del “buen vecino”, saqueando el petróleo y otras riquezas del país, con gobiernos complacientes.
Esto lo paró el Comandante Hugo Chávez Frías y sigue con el presidente obrero Nicolás Maduro Moros. Venezuela no se deja. (Prensa Ipasme / Gustavo Tovar Mijares / Foto / Archivo).