Por: Bartolo Ramón Hernández Barrios (HOCHIMINH).
Venezuela, febrero rebelde, 04 de 2024
El alzamiento revolucionario el 4 de febrero de 1992, no solo fue un alzamiento cívico militar como algunos en un análisis simplón, pretenden ubicarlo en la historia política reciente. Fue por el contrario el aglutinador de hechos, acciones y planes de tres generaciones, por lo menos, que se expresaron en esa gesta heroica; además, se convirtió en el desencadenante motor de lo que sería la nueva época del siglo XXI.
Han transcurrido treinta y dos años de aquel glorioso y jubiloso día, el cual algunos dicen que no triunfó; el sólo hecho de haber roto el silencio, de haber desempolvado la esperanza y el grito del “Por ahora”, es el más reconocido triunfo que debemos celebrar en esta gran fecha que partió la historia en dos y marcó la senda de la oportunidad de los olvidados de esta tierra.
A partir de este acontecimiento se prendieron todas las antorchas de la revolución, las cuales los gobiernos del puntofijismo, habían apagado con asesinatos, desapariciones, encarcelamientos, persecuciones, cuyos efectos produjeron desencanto y la desesperanza de un pueblo que peleó el 23 de enero de 1958 por la construcción de una verdadera democracia, que resultó ser la más clientelar y corrupta, por más de cuatro décadas.
Este acontecimiento cívico militar del cuatro de febrero de 1992, alumbraría el camino para comenzar la construcción del nuevo Estado. Pero en esa ruta trazada por los valientes soldados comandados por el Teniente Coronel Hugo Rafael Chávez Frías, también se fue metiendo el germen de la contrarrevolución, orquestado y operado desde afuera por el imperio norteamericano y desde adentro por la clase expoliadora que acumuló mucho dinero y poder político durante los gobiernos adeco-copeyanos, acompañados ahora, por una boliburguesía de nuevo cuño que se montó y mimetizó en el carro “Rojo rojito” de la revolución. En ellos se anidaban todos los vicios del pasado: Los negocios fraudulentos, la demagogia, el clientelismo, la inmoralidad, el arribismo y el reformismo; males y plagas con las cuales, hubo, hay y habrá que luchar en este largo y empinado camino hacia la redención de un pueblo y la construcción del SOCIALISMO.
En este trance y en medio de las más terribles dificultades por la que atraviesa el proyecto revolucionario, hoy tenemos Patria forjada por Chávez y encaminada por Maduro junto a un irredento pueblo. Hoy tenemos Patria y en su andar soberano tenemos un constituyente primario, una Constitución, un conjunto de normas, un sistema con todas sus instituciones funcionando y un pueblo con mayor formación y convicción política que hace 32 años, a pesar de los proyectiles emanados de esta guerra cibernética que impactan en su cerebro y las sanciones económicas que van directamente a su estómago.
Este pueblo indómito y en resistencia, lucha, reconoce, enarbola, reclama y defiende los principios que levantará esa gesta heroica, representada en el legado tangible, imborrable e inmortal de Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
¡¡¡Vivan las gestas heroicas de los pueblos para su emancipación!!!.
¡¡¡A rescatar, enaltecer y profundizar los principios del Chavismo!!!
¡¡¡Sin educación revolucionaria, la revolución será una caricatura!!!
¡¡¡Por una educación que forme revolucionarios!!!
¡¡¡Pedagogizar la política para transformar la Educación!!!