En la conmemoración del fallecimiento del Libertador Simón Bolívar acaecido el 17 de diciembre de 1830, vale recordar la parte final de la oda del poeta Pablo Neruda “despierto cada cien años cuando despierta el pueblo”. Esa honorabilidad hecha hombre, la vivió Latinoamérica.
Los venezolanos nos sentimos orgullosos de haber sido parte de la grandeza del Libertador, los países liberados por su espada Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú; cualquier comentario de exaltación amiga o enemiga, tiene que ser elogios para ese ser de luz, que dedicó su existencia y sus riquezas por la libertad.
Guía, orador, general, político, escritor, hasta poeta; todas las ejerció sin problemas. No era un mesías, era de carne y hueso. Con escasos 47 años el Libertador fallece en Santa Marta Colombia, resignado y empobrecido.
“La América unida, si el cielo nos concede este deseado voto, podrá llamarse la reina de las naciones y la madre de las repúblicas”. Simón Bolívar. (Prensa Ipasme / Gustavo Tovar Mijares / Fotos/ Archivo).