“Cada día más venezolanos despiertan de la farsa que fue el 23 de Enero de 1.958”,. palabras del Presidente Nicolás Maduro Moros.
El 23 de enero de 1.958, a la caída del dictador Marcos Evangelista Pérez Jiménez, generó una gran expectativa para el pueblo venezolano. Cuando en la IV República debido al Pacto de Punto Fijo, comienzan las alternancias de AD y Copei, de allí se inicia la frustración del pueblo venezolano. Aquí no hubo cambios, puras promesas.
En la presunta democracia, donde desfilaron 6 presidentes, 2 de ellos reelectos, su paso por el punto fijismo fue el siguiente:
Rómulo Betancourt supuesto Padre de la Democracia y de la represión; Raúl Leoni el presidente bueno, inventó los desaparecidos; Rafael Caldera el de la Agenda Venezuela y la crisis bancaria; Carlos Andrés Pérez Democracia con Energía, hasta en el Erario Público, se aplicó la energía; Luis Herrera Campins el que arreglaba esto, el viernes negro, estaba arreglado; Jaime Lusinchi el del Pacto Social, pactó con la masacre del Amparo.
Por iniciativa del Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, surge la figura del estado docente, como integridad y cooperación entre docentes y estudiantes, quizás sea uno de los pocos logros rescatable de la IV República.
Ese avance esperado llega con la Revolución Bolivariana, con todas las vicisitudes que se estaban viviendo. Surge el cimarrón mayor, Aristóbulo Iztúris, con sus luchas gremiales a favor del Magisterio y luego en los cargos ocupados en la V República.
Con la llegada a la presidencia del Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías, y la continuación del presidente obrero, Nicolás Maduro Moros, comienzan a caerse las caretas cuarta republicanas.
“En América Latina nos quieren imponer el modelo de democracia diseñado por los Estados Unidos, y al que no acepte entrar por ese carril, lo acusan de populista radical, terrorista y dictador”, palabras del Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías. (Escrito por Prensa Ipasme/ Gustavo Tovar Mijares Fotos/ Archivo).